martes, 8 de julio de 2008

CRONICA DEL JUICIO DE LA AUDIENCIA NACIONAL CONTRA DOS JOVENES INDEPENDENTISTAS DE GIRONA

Crónica del juicio de la Audiencia Nacional contra dos jóvenes independentistas de Girona


Ángeles Maestro. Corriente Roja




Esta mañana la policía ha impedido la concentración convocada por Izquierda Castellana y Corriente Roja, que había sido prohibida por la Delegación del Gobierno al no admitir el carácter de urgencia que se había alegado.

A las 10 de la mañana habíamos acudido unas 50 personas, jóvenes que habían viajado desde Girona y personas de las organizaciones convocantes de Madrid.

Tras conocer la decisión tomada en asamblea por la izquierda independentista de no forzar la concentración y tras saber que la audiencia del juicio era pública, decidimos asistir a la misma.

Tras un exhaustivo registro a la entrada a la Audiencia Nacional, a todos se nos colocó en una fila a parte, mientras otras personas accedían sin mayores problemas, la totalidad de los presentes accedimos a la sala.

En el transcurso del juicio, la brillante e inteligente actuación del abogado de los acusados, que desde aquí felicito, puso de manifiesto el carácter estrictamente político del hecho juzgado – la quema de fotos del rey y la reina – en el marco de diversas movilizaciones de rechazo a su visita a Girona que convocó a cientos de personas.

Las declaraciones como testigos protegidos tras una mampara de los Mossos d 'Esquadra, evidenciaron que la identificación de los acusados se hizo a través de documentos de archivos policiales sobre su participación anterior en actos "políticos, cívicos y sociales", no "delictivos". Quedó claro que la policía realiza tareas de información y control fuera de la ley, de actividades perfectamente legales, mediante las cuales se identifica y se acumulan datos sobre activistas políticos.

El brillante alegato de la defensa se basó en la preeminencia, en un supuesto Estado democrático y de derecho, del derecho a la libertad de expresión en actividades estrictamente políticas, sobre el derecho al honor de personajes públicos, que precisamente por serlo – y en su máxima expresión la Jefatura del Estado – son objeto de denuncia y rechazo.

La actuación de los compañeros Jaume y Enric, cuando se les dio el derecho a decir la última palabra, fue un ejemplo para todos y todas aquellos que podemos ser perseguidos por actos parecidos. En todo momento asumieron su participación en los hechos, defendiendo su libertad y la legitimidad de los mismos. Ambos denunciaron a la Audiencia Nacional como tribunal de excepción y como heredera del fascista Tribunal de Orden Público. Acusaron al Borbón de heredero de la Dictadura y representante de la monarquía que ha oprimido y oprime desde hace 300 años al pueblo catalán y dejaron patente su voluntad, independientemente de la sentencia, de seguir luchando por la independencia y el socialismo.

Quienes allí estuvimos. tuvimos el privilegio de asistir a la demostración palpable de un juicio político, de cómo la policía controla mediante procedimientos antidemocráticos e ilegales la actuación de la izquierda revolucionaria y de la valentía de reivindicar, ante el escenario de un medio represor como la Audiencia Nacional, la lucha por los derechos de los pueblos.

Quienes desde Madrid consideramos que la izquierda independentista de los pueblos del Estado español y quienes, modestamente, intentamos construir espacios políticos de lucha contra el régimen surgido de la Transición en resto del Estado, que oprime por igual los derechos nacionales y de clase, y creemos que debemos estar en la misma barricada, saludamos a Jaume y a Enric y - en ellos – la lucha de sus compañeros.

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