sábado, 7 de junio de 2008

PEDRO BERNARDO LA IGLESIA Y EL PODER CIVIL

Fuente NUESTRA MEMORIA.

Lo que de verdad importa no es tanto si en la iglesia de Pedro Bernardo existe o no placa con la inscripción de José Antonio "¡Presente!"; las razones de un acuerdo municipal, u otras anécdotas al caso.
Lo que importa en un Estado de Derecho como es España, y de separación entre Iglesia y Estado, son cosas como las que siguen:

- Que en Enero pasado por la mayoría del pleno municipal se tomó el acuerdo de retirar la placa de la iglesia.

- Que seguidamente le fue notificada al Obispo, entre otras formas, mediante la propia visita personal del actual alcalde y la ex alcaldesa de muchos años.

- Que ello fue respondido, mediante escrito de Abril, por la vicaría mediante apelaciones a la unidad del pueblo de Dios; que es la voluntad del Obispado velar por la paz social, y otras invocaciones análogas.

- Que nuevamente en Abril le es notificada a la parroquia cucharera y a la vicaría de Ávila la decisión municipal de que, con medios del ayuntamiento, se procedería a la retirada de la placa conmemorativa.

- Que esta nueva notificación de ejecución fue respondida eclesiásticamente (o sea, después de más tres meses) en el sentido de que estaban la imposibilidad de pronunciarse porque habían hecho consulta a los servicios jurídicos de la Conferencia Episcopal, que lo estudiaría el 23 de Mayo en su Comisión Permanente; que se debe esperar al desarrollo de la Ley (sic..); se le elabore un catálogo de vestigios (compete a.. ??); más alguna otra excusa.

- Que el 3 de Junio por el Alcalde con la fe pública del Secretario se hace nueva notificación de ejecución material a la vicaria; y se pide la protección a la Subdelegación del Gobierno del Estado. Pues bien, al día siguiente 4, éste último órgano así lo ordena a las 10,03 horas a la comandancia de la G.C.; pero, sin embargo, la vicaría a las 13,43 horas mediante fax advierte de ilegalidad, anuncia el ejercicio de acciones legales, incluidas las penales, y que el alcalde se abstenga de intervenir. Como resultado, el Alcalde inmediatamente hace notificación a la 1ª Tte. alcalde (tan solo proponente del acuerdo municipal) -en base al fax de la vicaría, más una advertencia (verbal) de ilegalidad por la Subdelegación de Gobierno-, conminándola (cuando la autoridad es el propio alcalde) a "paralizar de inmediato la intención que existe de retirar mañana la placa" y que todo queda supeditado a la tramitación de un nuevo expediente. Todo también bajo la fe de la Secretaría municipal.

- Finalmente, el día 5, día de la retirada de la placa, en el pueblo no se sabe quien es la autoridad; las fuerzas del orden público van y vienen y no saben a las ordenes de quien se encuentran; y el párroco, ese mismo día y el anterior, insta a sus feligreses a impedir lo acordado por los representantes del pueblo. A lo que suman activa y coactivamente los concejales del P.P. (que tras dos plenos siguen sin condenar otros actos de violencia en el pueblo), más junto a los empleados de una constructora.

La cuestión a señalar en esto es que recuerda muchos siglos atrás, cuando la investidura de poder político o civil había de estar bendecido por la iglesia. Y todo en unos tiempos supuestamente faltos de valores por una peligrosa laicidad y prepotencia por parte del Estado y sus poderes.

Etiquetas: , , , ,

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio