miércoles, 7 de enero de 2009

Usan ADN para identificar desaparecidos en Argentina

Usan ADN para identificar desaparecidos en Argentina
Bill Cormier
AP - BUENOS AIRES - 10:14 - 26/03/2008

Los 600 esqueletos guardados en cajas de fruta se apilan sobre los estantes de un armario del laboratorio forense bajo la luz mortecina de una lamparilla. Son el ''esqueleto número 4'' o el ''esqueleto número 21'', sin más referencias.

Pero un cuarto de siglo después del fin de la última dictadura militar argentina y de su ''guerra sucia'' contra los opositores, los avances en genética abren la posibilidad de que esos restos, recuperados de fosas sin marcar de cementerios en todo el país, logren recuperar su identidad.

Los antropólogos han lanzado una ambiciosa campaña inspirándose en las técnicas utilizadas por primera vez en Bosnia y luego en Nueva York tras los atentados del 11 de septiembre.

En anuncios de televisión y radio, artistas famosos exhortan a familiares de desaparecidos a dar una muestra de sangre al banco nacional de datos genéticos. Una línea telefónica de atención gratuita, que funciona de lunes a viernes, es promocionada en los partidos de fútbol.

''Si tienes un familiar que haya sido víctima de la desaparición forzada... una simple muestra de sangre puede ayudar a identificarlo'', dice un popular relator de fútbol en un anuncio de televisión.

La campaña comenzó en noviembre y ya ha empezado a dar resultados.

''Hemos recibido unas 2.000 llamadas telefónicas'', explicó Luis Fondebrider, miembro del Equipo Argentino de Antropología Forense, una agrupación independiente fundada en 1984 para documentar los casos de desaparecidos y que ha aplicado sus técnicas en más de 40 países, desde El Salvador a Irak o Timor Oriental. El equipo también fue el responsable de la identificación de los restos del revolucionario Ernesto ''Che'' Guevara, exhumados en la década del noventa, a través del estudio de sus piezas dentales.

La organización sin fines de lucro espera hacer arreglos para que un laboratorio de Estados Unidos coteje las muestras de ADN de los 600 esqueletos guardados en el armario, muchos de los cuales presentan perforaciones de bala en el cráneo o signos de tortura.

El muestreo de ADN a gran escala se ha vuelto más simple y barato desde que fue usado por primera vez en Bosnia, explicó Mercedes Doretti, fundadora del equipo y que en 2007 recibió una ''beca para genios'' de la Fundación MacArthur.

Luego de la guerra de Bosnia a comienzos de los 90, la Comisión Internacional sobre Desaparición de Personas desarrolló un sistema para realizar sofisticados exámenes de ADN a miles de cuerpos exhumados.

Tras el 11 de septiembre los expertos expandieron la tecnología al desarrollar un programa de computación que permitía comparar simultáneamente miles de muestras de ADN con los fragmentos recogidos en las Torres Gemelas.

Pero el grupo de Doretti no tuvo el dinero para acceder a esta tecnología hasta el año pasado, cuando el Congreso de Estados Unidos le otorgó una beca de 1,5 millones de dólares.

El gobierno argentino provee el apoyo logístico, establece las pautas comerciales gratuitas para la difusión de los anuncios de radio y televisión, pone a disposición del equipo los bancos públicos de sangre y acelera la importación del equipamiento necesario para la identificación de los restos.

A su vez, la presidenta Cristina Fernández ha pedido a la justicia que acelere los cientos de juicios a presuntos represores del régimen de facto que se reabrieron luego de que en 2005 fueron derogadas dos leyes de amnistía de la década del 80.

La campaña también podría dar una idea más precisa sobre la cantidad de desaparecidos durante la dictadura de 1976 a 1983 y acortar la brecha entre las cifras de los registros oficiales, que dan cuenta de más de 13 mil casos, y de los grupos de derechos humanos, que hablan de 30 mil.

''Esperamos que se acerque más gente, sobre todo en las provincias'', para denunciar por primera vez la existencia de un familiar desaparecido, dijo Luis Alen, subsecretario de Derechos Humanos del gobierno.

En la mayoría de los casos, los restos de las víctimas del terrorismo de Estado nunca fueron hallados y de los cuerpos recuperados por el grupo de Doretti, menos de 300 han sido identificados.

La última identificación fue en 2005, cuando un análisis de ADN permitió devolverle el nombre a una víctima de los ''vuelos de la muerte'' cuyo cuerpo la marea había devuelto a la costa años antes. La monja francesa Leonie Duquet recibió un emotivo funeral en la misma iglesia de Buenos Aires de la que había sido secuestrada en 1977.

Se cree que cientos de personas fueron arrojadas al mar desde helicópteros frente a las costas argentinas.

La misma tecnología genética permitió identificar al hermano de Hugo Omar Argente, Jorge, un joven activista cuyo cuerpo fue hallado entre otros 30 dinamitados durante una masacre en 1976.

''Querían hacer desaparecer los cuerpos'', dijo Argente, de 55 años. ''Me enteré el 17 de marzo de 2000, cuando me llamaron por teléfono y me dijeron que los resultados de los análisis lo habían identificado. Lloré y lloré''.

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