martes, 19 de octubre de 2010

En la muerte del brigadista britanico Sam Lesser

En la muerte del brigadista Sam Lesser




LINDA PALFREEMAN C uando estalló la Guerra Civil en España, en el verano de 1936, Sam Lesser (19 de marzo de 1915-2 de octubre de 2010) fue uno de los primeros británicos en acudir al apoyo del Gobierno español. A pesar de la política de no intervención del Gobierno británico, miles de británicos organizaron marchas, mítines, reuniones, conciertos y bazares con el fin de recaudar fondos para enviar ayuda a España y fomentar el apoyo a la causa antifascista.
Cuando Franco lideró la sublevación fascista en España, con la complicidad de sus aliados alemanes e italianos, Hitler y Mussolini, la póliza oficial británica de no intervención impidió que el Gobierno legítimo republicano comprara armas para defenderse. Sin embargo, los voluntarios trabajaron sin cesar con las víctimas de la guerra tanto en Gran Bretaña, como en España, estableciendo hospitales, refugios, comedores y escuelas. Además, flotas de buques y camiones llevaron provisiones de emergencia y medicamentos y ayudaron a evacuar a los refugiados españoles.
Con 21 años de edad, Sam Lesser se unió a las Brigadas Internacionales, una fuerza de combate formada por voluntarios de todo el mundo, que llegó a España con el fin de ayudar a detener la propagación repugnante del fascismo. Estos hombres se hicieron famosos por su valentía en frentes de batalla tales como Jarama, Brunete y Belchite. Muchos creían que si el fascismo caía derrotado en España, los países como Gran Bretaña podrían evitar un destino similar. Miles de personas perdieron su vida defendiendo este ideal.
Sam era hijo de inmigrantes polacos que se habían instalado en Gran Bretaña después de haber sido expulsados de Polonia. Nació en 1915, en el East End de Londres, y creció como un judío ortodoxo. Se unió al Partido Comunista mientras estudiaba en la Universidad en Londres, participando en manifestaciones contra el movimiento fascista "camisas negras", dirigido por Oswald Mosley, antes de dirigirse a España.
Al igual que más de dos mil voluntarios británicos, Sam desafió la prohibición de las autoridades británicas para viajar a España a luchar con las Brigadas Internacionales. Cruzó los Pirineos en autobús, haciéndose pasar por un turista español, llegando a Albacete, sede de las Brigadas Internacionales.
Durante las primeras semanas, los soldados voluntarios recibieron una formación rudimentaria. "Las armas eran muy pocas y las que fueron distribuidas fueron una broma de mal gusto", explicó Sam. "Los fusiles vinieron del ejército austriaco de 1870".
No pasó mucho tiempo antes de que Lesser y sus compañeros internacionales tuvieran su primera experiencia de la guerra. Tomaron parte en la lucha feroz en la zona de la Ciudad Universitaria de Madrid, jugando un papel importante para detener el avance fascista sobre la capital. De su unidad de 30 hombres, sólo seis sobrevivieron.
Varios meses después, mientras luchaba en Lopera, Lesser fue herido en la pierna y en la espalda, aunque más tarde se dio cuenta de que la herida en su espalda había sido causada por una bala perdida de su propia compañía de ametralladoras. Se sintió profundamente conmovido por el cuidado y la atención que recibió de la gente española de la localidad, mientras se recuperaba en el hospital. No obstante, sus heridas tardaron en sanar y él fue enviado a casa.
Cuando se recuperó, viajó a París, donde ayudó a muchos voluntarios, de todo el mundo, a cruzar la frontera hasta España. Aunque Sam estaba cumpliendo con un trabajo muy útil, él quería volver a España. Sin embargo, una vez de vuelta en Barcelona, no superó el examen médico obligatorio. Ese fue el final de su participación en la lucha y el comienzo de una larga y exitosa carrera como periodista. Continuó, durante un tiempo, en Barcelona, donde trabajó para una emisora de radio en inglés, en apoyo de la causa republicana. Fue durante este tiempo que Sam conoció a su futura esposa, Margaret Powell, una enfermera que trabajaba en la Unidad Médica Británica en España. Ella estaba en Barcelona, mientras se recuperaba de una fractura en la pierna.
Lesser cubrió el final de la guerra en España como corresponsal del periódico del Partido Comunista, el Daily Worker, después de ser enviado a París. Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, regresó a Inglaterra, donde siendo aún considerado no apto para el servicio activo, trabajó en una fábrica de aviones. Después de la guerra, retomó su trabajo como reportero del Daily Worker y el Morning Star, bajo el nombre de Sam Russell. Sam pasó muchos años como corresponsal en China, Rusia, Cuba (donde se entrevistó con el Che Guevara, en español) y varios países de Europa oriental. Se retiró en 1984, a la edad de 69, después de haber hecho una enorme contribución al periodismo.
Después de una vida larga y activa, llena de la experiencia más variada, está claro que España nunca estuvo lejos de los pensamientos de Sam. Nunca olvidaría el tiempo que pasó, como un hombre joven, luchando contra el fascismo en un país lejano que rápidamente llegó a amar. En más de una ocasión, se le oyó a declarar: "España se ha mantenido siempre en nuestra mente y en nuestro corazón".
En el verano de 2009, setenta años después del fin de la Guerra Civil, los pocos veteranos británicos e irlandeses todavía supervivientes recibieron la nacionalidad española, en reconocimiento a su gran humanidad y el sacrificio abnegado que tuvieron al acudir a la ayuda de un pueblo necesitado. Sam tenía 93 años cuando recibió su pasaporte español. Fue uno de los días más orgullosos de su vida.
Incluso hacia el final de su vida, Sam Lesser volvió a expresar su enojo de que el gobierno británico no hiciera nada para ayudar a la República Española durante la Guerra Civil. También aborrecía el hecho de que las tendencias fascistas y xenófobas sigan teniendo voz en la sociedad actual, y habló en público contra el auge del Partido Nacional Británico (BNP).
Junto a toda una generación de judíos anti-fascistas, Lesser comenzó su vida en el Partido Comunista en 1935 como un ardiente admirador de Stalin. Durante sus últimos años, sin embargo, se volvió cada vez más crítico con el modelo soviético del socialismo y, finalmente, se convirtió en un entusiasta partidario del Nuevo Laborismo, y su punto de vista sobre la democracia social, bajo el liderazgo de Tony Blair.
Sólo una semana antes de su muerte, presidió su última reunión de la fundación británica de las Brigadas Internacionales (la International Brigades Memorial Trust, IBMT) de la que fue miembro-fundador. "Sam era un orador elocuente y un portavoz muy eficaz para la fundación", explica Marlene Sidaway, secretario de la IBMT. "Él creía que lo menos que él y otros supervivientes de la guerra en España podían hacer era recordar, con orgullo, el compromiso y la valentía del pueblo español, así como sus compañeros de las Brigadas Internacionales en España. Era importante para él que su memoria y el espíritu fueran mantenidos con vida para que las generaciones futuras podrán inspirarse en su ejemplo".
Descanse en paz, Sam Lesser, un verdadero ejemplo de valentía y de humanidad.

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